lunes, 22 de febrero de 2010

Taller de estudio y análisis de egagrópilas de rapaces nocturnas

El día 20 de febrero asistí a un taller muy interesante sobre el estudio de egagrópilas de rapaces nocturnas de la Península Ibérica, organizado por la asociación de educación ambiental El Bosque Animado. El taller fue impartido por Pedro del Baño Moreno, educador ambiental, biólogo y presidente de la Asociación Valenciana de Ornitología.


La actividad se realizó en las instalaciones del jardín Botánico de Córdoba.
El curso consistió en una introducción teórica con un descanso acompañado de un desayuno con productos ecológicos que la organización preparó para los participantes. Así cogimos fuerzas. Continuamos con el resto de teoría y por la tarde se realizó la práctica de análisis de egagrópilas.





Sobre las egagrópilas
Son bolas producidas por aves rapaces (principalmente) u otras especies de aves, compuestas por restos no digeribles de la alimentación (pelos, plumas, huesos y cutículas de insectos) que son expulsadas por la boca tras la digestión.



Egagrópila de búho real


Las aves, al no tener dientes, no mastican a sus presas sino que las tragan enteras o a grandes trozos. En la molleja del ave es donde el alimento se tritura y se separa la porción digerible de la que no lo es. El material que no es digerido por los jugos gástricos en regurgitado mediante contracciones de la musculatura del esófago. Así se forma una egagrópila.
Hay diferencias entre los ácidos gástricos de rapaces diurnas y nocturas. El pH de los jugos gástricos de rapaces diurnas es más ácido (PH 1,5) que el de las rapaces nocturas (pH 2,5). Por eso se encuentran menos huesos en las egagrópilas de rapaces diurnas. También hay diferencias entre rapaces adultas y jóvenes. Las jóvenes tienen unos jugos gástricos más ácidos.
Una rapaz produce normalmente 1 o 2 egagrópilas diarias que varían algo su tamaño según el número de presas que han capturado.
Muchas especies  de aves además de rapaces produces egagrópilas: garzas, alcatraces, gaviotas, abejarucos, córvidos, cormoranes, martines pescadores, alcaudones, etc.

Egagrópilas de rapaces nocturas

Egagrópilas de rapaces diurnas

Especies de rapaces nocturnas en la Península Ibérica
Hay 8 especies nidificantes presentes en la península: Buho real (Bubo bubo), Cárabo común (Strix aluco), Buho campestre (Asio flammeus), Buho chico (Asio otus), Lechuza común (Tyto alba), mochuelo europeo (Athene noctua), Autillo (Otus scops) y mochuelo boreal (Aegolius funereus). El único lugar dentro de la Península donde se encuentra esta última especie es en los Pirineos.

Identificación de las egagrópilas
A veces las egagrópilas son confundidas por excrementos. La diferencia es que las egagrópilas son menos compactas, no tienen partes de color blanco como algunos excrementos, tienen restos no digeridos de pelo y huesos y además no huelen.
Para saber a qué especie pertenece una egagrópila hay que tener en cuenta lo siguiente:
  • Lugar: dependiendo del hábitat donde encontremos la egagrópilas podemos deducir de qué especie es. Si la encontramos en una zona urbana, por ejemplo, es probable que sea de lechuza. O si la encontramos en un campo de cultivo (almendros u olivos) podría ser de mochuelo o autillo.
  •  Tamaño: Normalmente, las especies más grandes producen egagrópilas mayores. La egagrópila de Búho real llega a medir 17 cm de longitud y la de autillo, hasta 3 cm.
  • Forma: Hay especies que hacen las egagrópilas alargadas, como el búho chico o el cárabo y otras que las hacen redondeadas, como la lechuza.
  • Aspecto: Hay que fijarse si la egagrópilas estás compuestas por mucho hueso, pelo, plumas o resto de insectos. Las de autillo tienen muchos insectos, y por ello se descomponen con rapidez. El color también es una característica importante que indica el tipo de alimentación del ave. Las egagrópilas de mochuelo son marrones en primavera y verano por la alimentación insectívora, mientras que en otoño e invierno son grisáceas por alimentarse de micromamíferos. Las de lechuza suelen ser negras y las de búho chico son grisáceas
A continuación os mostraré fotografías de egagrópilas de distintas especies de rapaces que observamos durante el taller:
    Egagrópila de búho real (Bubo bubo)

    Egagrópilas de buho real

    Egagrópilas de búho chico (Asio otus)

    Egagrópilas de búho chico (fila superior) y de búho real (fila inferior)
    Piel de erizo depredado por búho real

    Egagrópilas de búho real con cráneos de mirlo
      
    Egagrópilas de mochuelo (Athene noctua)
    Egagrópilas de azor (Accipiter gentilis)

    Egagrópilas de halcón peregrino (Falco peregrinus)

    Egagrópila de busardo ratonero (Buteo buteo)

    Egagrópila de buitre negro (Aegypius monachus)

    Información que proporcionan las egagrópilas
    El estudio de las egagrópilas de rapaces nocturnas sirve principalmente para:
    • Conocer la dieta del ave en una determinada zona o periodo concreto.
    • Estudiar en una zona las especies de micromamíferos difíciles de localizar por otros métodos. Estos estudios pueden ser cualitativos (presencia o ausencia de especies) o cuantitativos.
     Las egagrópilas pueden examinarme por el método en seco (que es el que utilizamos en este taller) y por el método húmedo. En seco se usan pinzas y una lanceta o palillo para ir abriendo con paciencia la egagrópila y extraer los restos óseos. En húmedo se usa un frasco con agua donde introducimos la egagrópila y esperamos 10 minutos a que se vaya deshaciendo. Este último método es más efectivo, sobre todo para egagrópilas compactas. Así evitamos romper algún resto al extraerlo. Pedro, también ensayó el método en húmedo con una egagrópila de lechuza para que viéramos cómo se hacía.

    Cómo conservar egagrópilas
    Se pueden guardar en un bote hermético dentro del cual tendremos que poner bolas de naftalina o pastillas de lavanda para evitar que las larvas de insectos que haya dentro descompongan la egagrópila.
    Si no vamos a examinarlas en mucho tiempo, se pueden rociar con laca o pintar con cola de carpintero. Se las deja secar bien y se meten después en un bote hermético.

    Práctica de análisis de egagrópilas
    Después de la teoría hicimos una práctica de análisis en el taller. La clase se dividió en 14 grupos de 2 personas que estudiamos por el método en seco los restos de 50 egagrópilas de lechuza recogidos en la provincia de Valencia. De esta forma cada grupo identificó los restos óseos de 3 o 4 egagrópilas.

    Restos de micromamíferos obtenido de egagrópilas de lechuza (Tyto alba)

    El objetivo era aprender a identificar micromamíferos por sus cráneos o mandíbulas, conocer de qué especies de micromamíferos se alimentaba la lechuza en esa zona y cual era abundancia relativa de cada especie de presa. Como resultado encontramos 8 especies de micromamíferos y una de fringílido (un verderón).
     Por orden de abundancia, la especies identificadas por los 14 grupos de estudio fueron:
    • Ratón de campo (Apodemus sylvaticus): Identificada en 8 grupos.
    • Topillo de cabrera (Microtus cabreae): Identificada en 7 grupos.
    • Ratón doméstico (Mus domesticus): Identificada en 6 grupos.
    • Ratón moruno (Mus spretus): Identificada en 5 grupos.
    • Musaraña gris (Crocidura russula): Identificada en 5 grupos.
    • Topillo común (Microtus duodecimcostatus): Identificada en 3 grupos.
    • Rata parda (Rattus norvegicus): Identificada en 1 grupo.
    • Rata negra (Rattus rattus): Identificada en 1 grupo.
    • Verderón (Carduelis chloris): Identificada en 1 grupo.
    Se deduce que la alimentación de esta lechuza de la provincia de Valencia es de roedores principalmente. Esto demuestra la importancia de la rapaces nocturnas en el control de las poblaciones de roedores y los beneficios que aportan de forma gratuita al ser humano evitando daños a la agricultura.

    Mandíbulas y cráneo de topillo común (Microtus duodecimcostatus)

    Cráneos y mandíbulas de musaraña gris (Crocidura russula) y cráneo de ratón moruno (Mus spretus)

    Cráneo y mandíbulas de topillo de Cabrera (Microtus cabreae)

    Cráneo y mandíbulas de topillo de Cabrera (Microtus cabreae)

    Restos óseos de verderón (Carduelis chloris), musaraña gris (Crocidura russula), Ratón doméstico (Mus domesticus= M. musculus), topillo de cabrera (Microtus cabreae), topillo común (Microtus duodecimcostatus) y otros ratones (Mus sp.)
     Restos óseos de rata parda (Rattus norvegicus), topillo común (Microtus duodecimcostatus), topillo de Cabrera (Microtus cabreae), Ratón de campo (Apodemus sylvaticus), Musaraña gris (Crocidura russula) y Ratón doméstico (Mus domesticus= M. musculus)
     
    Bibliografía sobre egagrópilas de rapaces nocturnas e identificación de micromamíferos
    En este taller nos recomendaron la siguiente bibliografía sobre el tema: 

    - Hernández, V. J. (2009) Rapaces nocturnas. Ed. Tundra. Valencia.
    - Mikkola. H. (1995) Rapaces nocturnas de Europa. Ed. Perfils. Lleida.
    - Cicuéndez, J. J. & Serrano, S. (1997) Guía de huellas, marcas y señales de animales ibéricos. D. Penthalon. Madrid.
    - Gosálbez-Noguera, J. (1987) Insectivors i rosegadors de Catalunya. Ketrés Editora, Barcelona.
    - Purroy, Francisco J. & Varela, Juan M. (2005, 2ª edición) Mamíferos de España: Península, Baleares y Canarias. Ed. Lynx. Barcelona.


    martes, 16 de febrero de 2010

     Ruta desde Puerto Saucillo al Torrecilla

    El Torrecilla o Cerro de la Plazoleta, con una altitud de 1919 metros, se encuentra en el Parque Natural Sierra de las Nieves (Málaga). Este Parque tiene una extensión de 20163 hectáreas. En 1995 la UNESCO declaró esta Sierra y su entorno Reserva de la Biosfera. La Reserva de la Biosfera de la Sierra de las Nieves abarca 93930 hectáreas. Su riqueza faunística y botánica lo hacen un lugar muy especial. Destaca la presencia del pinsapo (Abies pinsapo), joya botánica que solo se encuentra en la Sierra de las Nieves, Sierra Bermeja (Málaga) y Sierra del Pinar en Grazalema (Cádiz).
    Hay varias rutas posibles para llegar al Torrecilla. En la ruta que describo partimos desde el mirador de Puerto Saucillo, en el municipio de Yunquera.


    Cómo llegar
    Si partimos desde Málaga, tomamos la A-357 en sentido hacia Campanillas. Después cogemos el desvío hacia Coín. Desde el pueblo de Coín continuamos hasta Alozaina y desde allí nos dirigimos hacia Yunquera. En Yunquera vamos por la carretera principal del pueblo y pasamos cerca de la torra de origen árabe que ahora sirve como punto de información del Parque. Antes de salir del pueblo, llegamos a una rotonda que hay junto a una gasolinera. En esta rotonda tomamos la salida que va cuesta abajo hacia un camping (dejando la gasolinera justo a nuestra izquierda). Seguimos este camino que atraviesa algunas zonas de cultivo y unas caballerizas. La carretera se convierte más adelante en una pista forestal Circularemos despacio por las curvas cerradas que hay teniendo cuidado si vienen vehículos en sentido contrario.
    Tras unos 4, 3 km de pista forestal, pasaremos una barrera que tiene una reja metálica en el suelo (para impedir el paso de ungulados). En época de alto riesgo incendio, esta barrera se encuentra cerrada y no puede subir ningún vehículo (entre el 1 de junio y el 15 de octubre). En este caso dejamos el vehículo en un claro que hay a la izquierda del camino y continuaremos a pie pasando por una angarilla que hay a la derecha de la verja principal.
    Un poco después de la barrera, la pista se bifurca. A la izquierda se va al mirador de Luis Ceballos y a la derecha se llega al mirador del Puerto del  Saucillo. Nosotros tomaremos en esta ocasión nuestra derecha. Desde esta bifurcación al mirador de Puerto Saucillo hay 1,5 Km.

    La ruta
    Desde el mirador de Puerto Saucillo (1200 m de altitud aproximadamente) vemos que parten dos senderos señalizados. El de la derecha, va hacia la cueva del agua, y el de la izquierda, que es el que nosotros vamos a tomar  y a el Torrecilla, pasando antes junto a el Peñón de los Enamorados.
    Nada mas comenzar el bosque nos rodea. Hay una vegetación muy variada: pinsapo (Abies pinsapo), pino carrasco (Pinus halepensis), pino resinero (Pinus pinaster), encina (Quercus rotundifolia), quejigo (Quercus faginea), enebro de la miera, sabina, lentisco, cornicabra, torvisco, adelfilla, majuelo, romero, lavanda, jaras, aulagas, orquídeas... El pinsapo domina el paisaje en esta zona, formando manchas puras y algunas mezcladas con pinos de repoblación.

       
    El pinsapo es un abeto de media sombra. Dentro del género de los abetos, es el que más insolación soporta. De aquí que sea la especie de abeto más meridional de Europa. Aún así prefiere las laderas de umbría.
    A principios del Cuaternario (1,8 millones de años), estos abetos poblaban amplias extensiones de territorio. Tras las glaciaciones, quedaron relegados a las zonas de montaña, actualmente a partir de los 1000 metros de altitud, donde la temperatura media anual es lo suficientemente fresca para ellos. 


    Las hojas del pinsapo son de forma acicular, rígidas y punzantes. Están dispuestas de forma radial alrededor de las ramillas. Estas hojas son muy duraderas.

    Los pinsapos son árboles monoicos (con los dos sexos presentes en un mismo individuo). Las piñas masculinas, de color pardo rojizo, se encuentran en la parte baja y media del árbol. Las femeninas están en la parte alta. De esta forma se reduce la  probabilidad de autofecundarse. 

    Las piñas femeninas, que normalmente se las ve cubiertas de resina, se empezarán a abrir en otoño para liberar a las semillas, las cuales tienen forma de cuña.
    Ascendemos suavemente por la cañada de Puerto Saucillo y a unos 20 minutos de marcha encontramos muy cerca del camino un nevero que ha sido restaurado y se ha colocado un cartel informativo que explica su uso hasta finales del siglo XIX para conservar y recoger nieve. En este lugar observamos que crecer muchos helechos porque al estar en umbría hay mucha humedad.



    Seguimos a través del pinsapar y pasamos junto a la Fuente de la Perdiz, la cual no lleva agua en la época estival. El pinsapar se va abriendo poco a poco conforme subimos hasta que ya solo vamos viendo individuos aislados de pinsapo. Si miramos atrás podremos admirar la cañada que hemos atravesado y al fondo se verán Sierra Cabrilla y Sierra Prieta.



    Llegamos ahora a una zona en la que predomina el matorral almohadillado. Veremos también unas actuaciones de repoblación que se hicieron con quejigo (Quercus faginea). Se ven multitud de mallas protectoras para plantones. Caminando por nuestra senda hacia el oeste no tardaremos en ver la silueta del Peñón de los Enamorados (1775 m).

    Nos podemos desviar, si queremos, para subir al Peñón y admirar las vistas. Desde él veremos la Meseta de los Quejigales, que atravesaremos a continuación y la cumbre del Torrecilla hacia el sur.


    Ahora atravesaremos la Meseta de los Quejigales dirección suroeste donde hay un hermoso paisaje de quejigos, muchos de ellos centenarios. Ya en el otoñó empiezan a perder sus hojas y en invierno los vemos "pelados". Los troncos de los quejigos más viejos se van agrietando y formando oquedades en su interior. Algunos aparecen totalmente huecos.






















    En la meseta llegamos a un punto con una indicación donde se bifurca el sendero. A la derecha (dirección oeste) se va al Puerto de los Pilones y a la izquierda se va hacia nuestro objetivo, el Torrecilla. La erosión de la roca caliza ha creado en esta zona formaciones kársticas muy interesantes.


    Por la composición caliza que predomina aquí hay muchas simas. algunas de ellas muy profundas. Destaca la sima GESM, la más profunda de Andalucía, con 1101 metros.
    Por esta zona es relativamente fácil ver grupos de cabra montés (Capra pyrenaica) si no hacemos mucho ruido.



    Tras aproximadamente 3 horas de camino habremos llegado al Pilar de Tolox. Aquí hay una fuente de la que brota agua durante todo el año y podremos llenar nuestra cantimplora. El pilón es un excelente refugio para anfibios, así que no arrojéis absolutamente ningún desperdicio a su interior.


    En el Pilar de Tolox, sobre una oquedad en la roca se colocó una imágen de la Virgen de las Nieves. Por desgracia algún vándalo hace tiempo que dejó la imagen incompleta.


    Desde aquí ya veremos cerca la cumbre del Torrecilla, a unos 200 metros por encima de nosotros. Sobre estas líneas tenéis una fotografía del Torrecilla en verano y otra en invierno.
    El camino que queda tiene una pendiente pronunciada, pero el esfuerzo vale la pena por las impresionantes vistas. Ya arriba (3 h 30 min) vemos un buzón de cumbre donde podemos dejar mensajes escritos y unas vistas que abarcar desde el Peñón de Gibraltar y el Estrecho al oeste, hasta Sierra Nevada al este. Desde aquí podemos practicas con la brújula y el mapa para identificar todas las poblaciones y sierras que se ven.


    En el siguiente vídeo os dejo una imágenes del Torrecilla desde la Meseta de los Quejigales y desde el Pilar de Tolox:

      

    Características de la ruta
    Tipo de recorrido: Lineal
    Distancia: 18 km (ida y vuelta).
    Duración: 3 horas 30 min (ida)- 2 h 45 min (vuelta)
    Desnivel acumulado: 720 m.
    Dificultad: Media. Con nieve la dificultad se considera alta.
    Puntos de agua potable: La Fuente de la Perdiz lleva agua solo en el periodo de precipitaciones. En el Pilar de Tolox hay caudal durante todo el año.
    Precauciones: No se recomienda hacer la ruta en verano por las altas temperaturas y la fuerte insolación. Como siempre, hay que llevar calzado adecuado para caminar por el campo. No desviarse del sendero. Si hay niebla densa, es mejor dejar la excursión para otro día pues hay riesgo de perderse.