jueves, 24 de agosto de 2017

Observando algunos limícolas migradores de paso por la Península Ibérica

Desde julio y hasta avanzado el mes de septiembre es posible observar el espectáculo de la migración postnupcial de una gran número de aves que se dirigen al continente africano.
Los humedales juegan un papel fundamental como lugares de descanso, refugio fuente de alimento para muchas aves limícolas durante el peligroso viaje.

Por el Paraje Natural de la Desembocadura del Río Guadalhorce (Málaga) he podido disfrutar viendo  a algunos de esos pequeños grandes viajeros. Me han llamado la atención esta vez los correlimos zarapitines (Calidris ferruginea) que estaban descansando en una de las lagunas del mencionado paraje. Me impresiona cuando pienso que estos limícolas de mediano tamaño han venido de sus cuarteles de cría en algún lugar de la tundra siberiana y van a continuar su camino hacia África. Un viaje de miles de kilómetros que harán dos veces al año dependiendo únicamente de sus propias fuerzas el resto de sus vidas.

En el siguiente vídeo corto que grabé se les puede ver descansando mientras un grupo cercano de andarríos chicos (Actitis hypoleucos) está cantando:


Estando a mediados de agosto se puede observar que el característico color rojo óxido del pecho, muy visible durante el periodo de reproducción, empieza a desaparecer. La mayoría invernarán en África aunque de forma excepcional se han registrado algunos individuos que permanecen durante el invierno en el Sur de la Península Ibérica.

Los aficionados a la ornitología y cualquiera con interés en acercarse a este mundillo tenemos que aprovechar este periodo de pasos de aves donde se ven muchas sorpresas y se aprende siempre algo interesante.