En mis últimas salidas por los montes me he interesado por las forma en que las plantas se enfrentan a los meses cálidos donde la pérdida de agua por transpiración es muy elevada. En pocos tiempo el implacable calor del verano volverá a la franja mediterránea castigando a toda la vegetación. Muchas especies vegetales han desarrollado distintos sistemas para afrontar el déficit hídrico y reducirlo al mínimo posible. Aprovechando el uso de mi lupa digital me he puesto a observar en las muestras de hojas que he recogido una de estas adaptaciones que me llama la atención: el desarrollo de tricomas.
Haz de hoja de matagallo (Phlomys purpurea) |
Envés de hoja de matagallo (Phlomys purpurea) |
Los tricomas son estructuras epidérmicas, de morfología diversa que pueden ser unicelulares y pluricelulares que pueden tener varias funciones: protección de la epidermis de la hoja contra agresión mecánica; protección contra el exceso de luz proporcionando sombra a la epidermis; y reducir la pérdida de agua por transpiración mantenimiento de un microclima húmedo.
Envés de hoja de jara blanca (Cistus albidus) |
Nos encontramos también otras muchas especies vegetales que tienen tricomas glandulares que secretan aceites esenciales que protegen a la planta aún más contra la pérdida de agua por transpiración. En Andalucía encontramos gran variedad de plantas aromáticas con esta adaptación (Ej: romero, lavanda, tomillo, salvia, orégano, mejorana, hinojo).
Muchas veces nos preguntamos cómo éstas plantas resisten estoicamente en las laderas de solana de la montaña a lo largo del verano sin morir desecadas. Este tipo de adaptación, abundante en el bosque esclerófilo, nos da la respuesta.
Envés de hoja de encina (Quercus rotundifolia) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario